En este preciso instante tenemos una guerra de hipotecas en curso. Esta situación nos puede llegar a beneficiar para conseguir la mejor hipoteca. Los consumidores podemos estar de enhorabuena, siempre y cuando, seamos capaces de cumplir los requisitos de las diferentes entidades bancarias.
El principal medidor para saber cómo evoluciona el mercado de las hipotecas son los diferenciales hipotecarios, a principio de año rondaban el 2% y ahora están cercanos al 1%. Esta situación de abaratamiento hipotecario es un reflejo de esta guerra hipotecaria en la que nos hallamos actualmente.
Es importante saber que aunque hay hipotecas que parten de un interés o diferencial del 1%, para lograr conseguir estas hipotecas es necesario tener vinculación prácticamente exclusiva con el banco. Seguros, nóminas, tarjetas, pensiones… por tanto, aunque el banco ofrezca esta hipoteca, el coste global, teniendo en cuenta todos los productos que debemos mantener con ellos, es algo elevado.
En cuanto al perfil de cliente, lo habitual es que al nuevo cliente se le exija tener ingresos de 1.500 euros en caso de un único titular de la hipoteca. Si son dos los titulares el mínimo exigido oscila alrededor de los 2.000 o 2.500 euros. Los ingresos no son el único requisito, sino que también se debe garantizar una seguridad laboral, en caso de no poder garantizar dicha seguridad, lo más probable es que el cliente tenga que pasar un filtro mucho más complejo.
Seguramente a lo largo de este año la tendencia a la baja continúe y podamos ver nuevas ofertas, cada vez más bajas. Para quienes anden más apretados es probable que se produzca una leve reducción en los requisitos de concesión. Aun así, el patrón previo a la crisis no se volverá a reproducir, es algo del pasado.
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